martes, 5 de mayo de 2009

REALISMO
Trasfondo histórico
El realismo es, hasta cierto punto, una reacción contra lo abstracto y lo irreal del idealismo. El punto de partida básico para el realista es que los objetos de nuestros sentidos tienen existencia propia, independientemente de que sean conocidos o no por una mente. La diferencia fundamental entre el realismo y el idealismo podría ilustrarse a través del ejemplo de un árbol en una isla desierta. El idealista diría que tal árbol existe solamente si está en alguna mente (incluyendo la mente de un ser trascendente), o si existe un conocimiento de él. El realista, por su parte, sostiene que independientemente de que alguien esté pensando en el árbol, el tal existe: la materia es independiente de la mente.
El realismo bien definido, encuentra su génesis en Aristóteles (383-222 a.C.), discípulo de Platón. Fue el enfoque de Aristóteles, de la posibilidad de llegar a la concepción de la forma universal a través del estudio de los objetos materiales, lo que condujo a poner la estructura básica de lo que con el tiempo llegó a ser las ciencias físicas, biológicas y sociales. Aristóteles fue un gran organizador; gran clasificador. En Aristóteles, se encontraron razones fundamentales sobre las cuales se han desarrollado las ciencias modernas.
El realismo encontró su camino hacia el mundo moderno, mayormente a través de la influencia de la metodología inductiva de Francis Bacon (1561-1626) (el método científico), y de la proposición de John Locke (1632-1704) de que la mente humana es una hoja en blanco (tabula rasa) que recibe impresiones desde el ambiente.

Posición filosófica del realismo
Una realidad de las cosas. Para el realista, la realidad última no está en el reino de la mente. El universo se compone de materia en movimiento, por lo tanto, es el mundo físico en el cual el hombre vive, lo que constituye la realidad. Este es un enfoque directo del mundo de las cosas que operan de acuerdo con leyes que se derivan de la misma estructura del universo. El vasto cosmos funciona a pesar del hombre y de su conocimiento. El universo no es diferente a una máquina gigantesca en la cual el hombre es al mismo tiempo participante y espectador. Las leyes que controlan el cosmos no solamente gobiernan el universo físico, sino también operan en las esferas morales, psicológicas, sociales, políticas y económicas. En otras palabras, el realista ve la realidad en términos de cosas que operan de acuerdo con la ley natural. En sus diversas configuraciones, el realismo se encuentra en la base filosófica de gran parte de la ciencia moderna.

La verdad a través de la observación. La epistemología del realismo es un enfoque del mundo basado en el sentido común y que fundamenta sus métodos en la percepción sensorial.
Para el realista, la verdad se considera como un hecho observable. La percepción de los sentidos es el medio para obtener conocimiento. El realismo utiliza el método inductivo para investigar el mundo natural y las observaciones para llegar a los principios generales. Procura descubrir la forma como funciona el mundo, examinándolo. Se cree que la ley natural así descubierta está entretejida en la naturaleza misma de la realidad. Puede concebirse como absoluta, anterior a la experiencia del hombre, e inmutable. Desde esa perspectiva, la existencia de "la ley natural", para el realista, puede considerarse como de la misma magnitud que la Mente Absoluta, para el idealista. Ambas posiciones son concepciones de la última y "externa" naturaleza de la verdad y la realidad. El realismo se vuelve hacia la teoría de la correspondencia en busca de una validación de su conceptualización de la verdad; es decir, es verdad todo aquello que es corroborado por los hechos, tales como los percibe el observador.
Valores de la naturaleza. De acuerdo con el realista, los valores también se obtienen a través de la observación de la naturaleza. A través de un estudio del orden natural, puede llegarse al conocimiento de las leyes que proveen las bases para los juicios ético y estético. Los valores derivados de esta fuente son permanentes, puesto que están fundados en un universo estable, aún cuando, desde el punto de vista humano, siempre es posible conocerle mejor.
La base ética del realismo puede considerarse como la ley de la naturaleza. La naturaleza, afirma el realista, tiene una ley moral. Todos los hombres tienen esa ley, o a lo menos tienen la posibilidad de descubrirla. Del mismo modo que la gravedad es una ley universal en el mundo físico, la oferta y, demanda constituyen una ley en el reino de la economía. Fue con este concepto de la ley moral en mente que Thomas Jefferson se refirió a los "derechos inalienables" de los individuos. La humanidad debe volverse hacia 1a naturaleza en busca de una definición más clara de estos derechos.
La naturaleza también contiene los criterios para la belleza. Una forma de arte bella, desde el punto de vista del realismo, refleja la lógica y el orden del universo. En un sentido está "representando", o presentando de nuevo, más la racionalidad de la naturaleza, tal como se revela en un modelo, equilibrio, línea y forma. En la pintura, el objeto de los artistas debería ser recrear lo que perciben con tanto realismo como les sea posible. Desde esta perspectiva, la fotografía definitivamente califica como una forma del arte.

Realismo y educación
Para el realista, los alumnos se consideran como organismos füncionales que pueden, a través de la experiencia sensorial, percibir el orden natural del mundo, y de ese modo ponerse en contacto con la "realidad". Los alumnos pueden ver, sentir y probar. El mundo es una "cosa", y los alumnos pueden conocerlo a través de sus sentidos.
Muchos realistas ven a los estudiantes como personas sujetas a la ley natural, y no tienen, por lo tanto, libertad de elección. Los estudiantes, afirman esos exponentes del realismo, responden a un estímulo ambiental. No es raro encontrar realistas que abogan por una psicología conductista. En su forma más extrema, este enfoque ve a los estudiantes como parte de la gran maquinaria universal. Tales estudiantes pueden programarse en forma similar a la programación de una computadora. Por supuesto, puede ser que esta programación no tenga éxito al principio. En tal caso, los estudiantes deben ser reforzados, disciplinados y formados hasta que hayan aprendido a dar las respuestas apropiadas.
La función de la enseñanza es demostrar las regularidades de las leyes de la naturaleza y transmitir al estudiante aquellos hechos del mundo natural que se hayan verificado a través de la investigación.
De acuerdo con esta perspectiva metafísica y epistemológica, el currículo en la escuela realista enfatiza las materias del mundo físico, enseñadas de tal forma, que el orden subyacente en el universo sea evidente. Las ciencias están en el centro del currículo realista puesto que las leyes de la naturaleza se entienden mejor a través de las materias basadas en la naturaleza. Las matemáticas también encuentran un lugar central en el pensamiento curricular realista, porque son un ejemplo del orden formal más elevado. Las matemáticas constituyen un sistema simbólico, preciso y abstracto para describir las leyes del universo.
El método pedagógico de los realistas está relacionado estrechamente con su epistemología. Si la verdad se obtiene a través de la percepción sensorial, entonces las experiencias de aprendizaje deberían organizarse, engran medida, de modo que se utilicen los sentidos. Fue desde esta perspectiva que Juan Amos Comenio, el obispo y educador moravo del siglo XVII, asombró al mundo educacional al sugerir que las ayudas visuales —cuadros— deben usarse al ensenar a los jóvenes el vocabulario del latín. En la última parte del siglo XVIII y la primera del siglo XIX, Johann Heinrich Pestalozzi hizo dar al método realista un paso gigantesco cuando propuso el uso de lecciones objetivas físicas en el aula, ya que los estudiante aprenderían mejor sintiendo, oliendo y oyendo un objeto, además de verlo.
El realista moderno favorece las demostraciones en el aula, los viajes de estudio, y el uso de ayudas audiovisuales cuando los viajes al campo no podrían practicarse o consumirían demasiado tiempo. Esto no significa que el realista niegue la validez del conocimiento simbólico (tal como se encuentra en los libros). Más bien, implica que el símbolo no tiene estatus existencial., sino que se ve, simplemente como un medio de representar o comunicar hechos del mundo real.
El método de los realistas comprende la enseñanza cabal de los hechos, con el fin de fomentar la comprensión de la ley natural. Están interesados en que los estudiantes comprendan las leyes básicas de la naturaleza. En este enfoque, se apoyan fuertemente en la lógica inductiva al pasar de los hechos particulares de la experiencia sensorial a las leyes más generales que se infieren de esos datos.
El enfoque mecanicista del mundo de muchos realistas también los lleva a favorecer la existencia de las máquinas pedagógicas y el aprendizaje programado. A través de una máquina, se le puede transmitir al estudiante, con rapidez y eficiencia, una gran cantidad de información. El concepto general de las máquinas pedagógicas es compatible con la idea de que el hombre es una máquina que puede ser programada. Desde esta perspectiva, mientras más objetiva y deshumanizada es la enseñanza, mejor es, pues los seres humanos son una fuente de error.
La posición social de la escuela dentro del realismo se aproxima mucho a la de la escuela en el terreno del idealismo. El propósito de la escuela es transmitir el conocimiento que ya ha sido establecido por aquellos que tienen un concepto claro de la ciencia empírica y de las leyes naturales y sus funciones en el universo.

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